La primera vez que viajamos a Londres fue en el año 2015.

¿El motivo?  Asistir a un concierto de nuestro ídolo musical: Sir Paul McCartney.

Todo comenzó en otoño de 2014 cuando nos enteramos que —tras dos años sin salir de américa— McCartney abría gira europea:

Tras comprar las entradas estábamos eufóricos. De hecho, los casi 400€ que nos costaron nos supieron a poco…

Por fin, llegó aquel 22 de mayo de 2015 y —con toda la ilusión del mundo— y aún sin saber que iba a ser el viaje de nuestra vida, cogimos el avión que partió desde el aeropuerto de Sevilla:

Al llegar a Londres —y cumpliéndose todos los tópicos—  pasamos del sol radiante sevillano al nublado perpetuo londinense.

Nuestro periplo británico lo enfocamos como un viaje express de un día y medio: llegamos a Londres el día 22 a las diez de la noche (hora local) y volvíamos a Sevilla el 24 por la mañana.

Nada más llegar al aeropuerto  de Gatwick nos llamó la atención  4 cosas:  un buzón de correos rojo muy curioso, un café minúsculo café por el que nos cobraron 10 €, la habitación del hotel del aeropuerto (que —aún con el espacio reducido— estaba perfectamente limpia y tenía absolutamente de todo) y, sobre todo,  el silencio británico que imperaba en el aeropuerto (se ve que los ingleses se guardan todo su nervio para cuando viajan a España)

Tras llegar a la habitación del hotel, nos duchamos y… ¡a dormir! Había que madrugar porque en nuestro viaje express sólo teníamos una mañana para hacer turismo. 

Como teníamos muy poco tiempo —y muchas cosas que ver—  tuvimos que ser funcionales y priorizar nuestros destinos porque nos movíamos en metro.

-LA ABADÍA DE WESTMINSTER:

– LOS ESTUDIOS ABBEY ROAD:

Y ¡cómo no! si estábamos en Abbey road, nos dirigimos al paso de peatones más famoso del mundo para hacernos unas fotos recreando la famosa portada del duodécimo álbum de los beatles.

Estuvimos cerca de 20 minutos lanzando instantáneas deprisa y corriendo porque parábamos el tráfico para desdicha de los lugareños. Por eso la mayoría de las tomas salieron fatal:

Somos conscientes que ponernos a hacer el tonto parando coches y autobuses en plena avenida no es lo más cuerdo del mundo, pero ¡qué demonios! Iba a ser una vez en la vida…

Nuestra visita quedó grabada con la cámara que el ayuntamiento tiene instalada allí:

No obstante, desde aquí recomendamos que, si hacéis esa visita a Abbey road, seáis precavidos y tengáis mucho cuidado, porque todas las semanas hay atropellos en ese paso de peatones. Algunos de gravedad…

Tras muchos intentos, logramos la foto perfecta:

Tras visitar Abbey Road, terminó nuestra faceta turística en Londres. Fue corta pero intensa.  Aunque por el camino de vuelta aún nos encontramos con alguna que otra cosa interesante:

Al mediodía nos dirigimos al apartamento que alquilamos al lado del estadio donde iba a celebrarse el concierto. Pero antes, nos paramos a almorzar en una hamburguesería en la que comimos la hamburguesa más sabroba que hemos probado nunca:

Por fin llegamos al apartamento. Curiosamente, al llegar, no nos atendió nadie, ni había ningún encargado que nos diese las llaves. Todo se gestionaba desde una aplicación móvil. Tras meter una contraseña, se abría la puerta del apartamento, la cual, no tenía cerradura para meter las llaves, sino un complejo sistema electrónico que abría la puerta. Cierto es que ese sistema de alquiler llegaría también a España. Pero nosotros no lo vimos hasta un lustro después.

A la derecha de la segunda foto se puede ver desde el balcón el estadio: el O2 Arena.

Tras una ducha rápida, me dispuse a preparar la gorra que mi padre me había preparado con tanto cariño para que pudiera grabar las 3 horas de concierto sin que me llamaran la atención los de seguridad. Era una auténtica pasada: el móvil estaba sujeto en la visera con una estructura oculta con un agujero en medio y disimulada con unos adornos con los mismos colores de la gorra. Así pasaba desapercibida:

Gracias al ingenio de mi padre pudimos grabar (y guardar para la posteridad) el que sería el concierto de nuestra vida:

Antes de llegar al estadio, enormes carteles enunciaban la llegada de McCartney:

Por fin llegamos al estadio. Todo eran nervios para nosotros:  sólo faltaba media hora para conocer a nuestro ídolo:

Tras entrar en el interior nos encontramos con un estadio impresionante en el que —como no podía ser de otro modo— no cabía ni un alfiler:

Esta fue nuestra crónica del concierto:

Vamos a intentar describir con palabras todas las emociones que sentimos en todas y cada una de las canciones del concierto de Paul McCartney,

 

Eran las 20:30 en el O2 arena de Londres, de pronto, las luces se apagaron, la música pegó un estruendo…. y ahí estaba, lo tenía delante; el sueño de mi vida, ver a un Beatle, se estaba haciendo realidad, no me lo podía creer lo tenía delante mía, a escasos metros de mí, iba a interpretar muchas de las canciones que han formado parte de la banda sonora de mi vida.

El primer regalo que nos hizo fue Eight Days a Week uno de sus  números 1 con los Beatles, entre la emoción al verlo y al tenerlo tan cerca no la pude disfrutar bien pero todavía tenía mucho concierto por delante.

Después vendría Save Us una de sus nuevas canciones de su disco “New”.

Can’t Buy My Love llegó como un vendaval de aire fresco para todos los asistentes al concierto, continuaba el legado Beatle.

Ahora otro cambio de tercio, canciones de los Wings, Listen to What the Man Said, la electrónica Temporally Secretary (que era un estreno mundial, al que tuvimos el lujo de asistir ya que nunca la ha tocado en directo) y Let Me Roll it. Un poco de descanso y…  cambio de guitarra iba a sonar algo de los Beatles… y así fue, otro de sus éxitos Paperback Writer. De pronto se iluminó su piano negro que se encontraba situado al fondo del escenario, se avecinaban un montón de emociones, que acorde a acorde nos iba a arrancar con cada una de sus canciones, y la primera fue… My Valentine una canción dedicada a su actual esposa Nancy, toda una declaración de amor en toda regla, la siguiente canción no nos puso tan nostálgicos y invitó un poco más a bailar era  1985, el año en  el que yo nací  y otro de sus éxitos con los Wings.

Al terminar de tocar esta canción, empezó a acariciar el piano con las inconfundibles acordes de la gran The Long and Winding Road, ese camino tortuoso que avecinaba ya, el final de los Beatles y ese camino un poco menos tortuoso y un poco más dulce que nosotros habíamos hecho para estar allí con nuestro ídolo. Y por fín llegó Maybe I’m amazed la canción que Paul le dedicó a su primera esposa Linda Mccarney, su gran amor. No me podía creer que estaba escuchando esa canción, estaba Paul ahí con su piano, la emoción se apoderó de mi otra vez, Paul a sus 74 años llegaba perfectamente a los agudos de la canción con una maestría que solo te puede dar una vida entera subida a un escenario. Cuando terminó se bajo del piano y otra vez cogió su guitarra acústica, y otra vez lo hizo con su I’ve Just Seen a Face logró emocionarme; ya se que no es una canción demasiado famosa o conocida pero me trae a la mente muchos recuerdos y emociones, las cuales como era de esperar, salieron de mi a borbotones durante la interpretación de esa canción.

Ya un poco más tranquila escuché We can Work it Out de los Beatles, Another Day y Hope to the Future una de sus canciones más recientes compuesta para el videojuego más caro de la historia Destiny, y canción que no le gustaba mucho al publico porque la mayoría aprovecharon para irse a tomar algo al bar.

La cosa se ponía otra vez romántica con los acordes de And I love Her, una preciosa balada con toques de guitarra flamenca.

Paul se colocó en el centro del escenario, lo iba a hacer, iba a tocar Blackbird, no tengo palabras para expresar lo que sentí cuando escuche los primeros acordes la canción, todavía lo recuerdo y me emociono, solo puedo decir QUE GRANDE ERES PAUL MCCARNEY. No se quedaba ahí la cosa después de esta vino Here today la canción que le dedicó a su compañero John Lennon cuando fue asesinado, yo creo que con esta canción mi corazón y mi alma se terminaron de romper, a partir de ahí ya nada sería lo mismo, Paul me había ganado para siempre, solo tú y nadie más que tú puede hacerme sentir eso al escuchar una canción, si antes pensaba que eras grande ahora pienso que por muchos años que pasen nadie podrá rozar tu maestría..

Como pude continué viendo el concierto,  mi Dios musical se bajo de la peana que lo elevaba mientras tocó las anteriores dos canciones  y ahora le tocaba el turno a New la canción que le dio titulo al disco y Queenie Eye.

Volvemos al terreno Beatles  y Paul se dirige a su piano psicodélico donde nos sorprende con  Lady Madonna, bueno a nosotros no, porque prácticamente sabemos en todo momento que canción va a tocar por incluso la posición de sus dedos al empezar a tocar la guitarra o el piano. Que queréis que os diga, somos unos frikis y a mucha honra.

Sonó Lady Madonna, All together Now y Lovely Rita que fue un derroche de adrenalina para todos los asistentes al concierto que cantamos y coreamos con él estos grandes éxitos.

El ambiente se relajo un poco más con la melodiosa Eleanor Rigby, pero por poco tiempo porque venía la psicodélica Mr Kite, la cual, fue un espectáculo de luces, animación y efectos que disfrutamos todos los asistentes al O2 arena en Londres.

Llegaba otro homenaje y si antes dijimos que fue a su amigo John, ahora el homenaje era a otro Beatle, el tristemente fallecido George Harrison, el cual, siempre es recordado en los conciertos de Paul con una de sus canciones más famosas, la melancólica Something, que primero empezó a tocar con la mandolina y después en una explosión de sonido terminó con su guitarra y toda su banda.

No podía ser de otro modo y todos saltamos y brincamos en nuestros asientos Paul estaba interpretando Obladi-Oblada una de las canciones más populares de los Beatles. Los Wings volvían a escena y esta vez con su canción más famosa Band on the Run, que fue todo un espectáculo de luces y  música y por supuesto con imagenes de su desaparecida banda en todas las pantallas del escenario. De pronto se escuchó como un avión despegaba era Back in the URSS una de las canciones más importantes y  más conocidas de su disco Blanco con los Beatles.

La cosa se ponía otra vez seria puesto que Paul se sentó en su piano negro de cola otra vez, le llegaba el turno a Let it be uno de los himnos de los Beatles una canción que es un referente musical para muchas de las personas que estábamos all,í para a los que de verdad nos gusta la música de Sir Paul Mccartney que si es bonita la canción, en directo ya es… insuperable.

 Se estaba haciendo de rogar pero ahora sí la iba a tocar era Live at Let Die, los fuegos artificiales salían a borbotones del escenario la canción compuesta para la banda sonora de James Bond nos estaba disparando un torbellino de emociones, como siempre Rusty Anderson uno de los miembros de su banda se caía de espaldas al escenario mientras la canción llegaba a su climax. Al finalizar la canción Paul nos hizo gestos diciéndonos que se había liado una buena.

El concierto estaba llegando a su primer fin y como colofón final otro himno de nuestra vida Hey Jude, canción que coreamos todos los asistentes al unísono, y tal y como siempre nos invita Paul a hacerlo en sus conciertos.  primero las chicas y después los chicos, a mi particularmente siempre esta canción me parece un poco pesada, al repetir tantas veces la misma estrofa, pero esta vez,  fue como con todas las canciones del concierto algo mágico, él nos dirigia y cantabamos con él otra de las cancines de la banda sonora de nuestra vida.

 

El dinosario del rock y su banda se iban del escenario, pero no llegaba el final de nuestro concierto ¡ni mucho menos! aunque muchos de los asistentes se marcharon menudos xxxxxx  mejor que no escriba nada. Al instante salieron todos con la bandera de Inglaterra, los primeros bises del concierto habían llegado, Another Girl una canción de los Beatles que está incluyendo en los últimos conciertos de su gira y que era un estreno en Inglaterra en un concierto en directo del Beatle en solitario, sin sus compañeros de banda. Después Hi Hi Hi otra de los Wings. Para la siguiente canción llamó a un amigo suyo al escenario, ¿sería su nuevo amigo Keane West? crucé los dedos para que no fuera así, menos mal… se trataba de David Grol batería de Nirvana y vocalista y compositor del grupo Foo Fighters, estabamos viendo a otro pedazo de músico en el escenario, fue todo un regalo, juntos, interpretaron I Saw Her Standing Here, la canción se apoderó de nosotros y saltamos y bailamos como si no existiera un mañana y unas agujetas que padecer. Totalmente impresionante. Pero otra vez Paul nos decía adiós, pero yo se que no, que tenías que salir otra vez y esta vez ya sería la última vez (por ahora) que te vería salir del escenario. Fueron sentimientos encontrados a la vez me daba pena pero sentía emoción por lo que todavía estaba por venir.

 

Y así fue, salió otra vez se puso en el centro del escenario, con su guitarra, colocó su mano sobre las cuerdas y lo sabía,,, iba el mayor éxito de su carrera Yesterday. Y… no podía ser de otro modo estas son las palabras que después me dijo mi novio y ahora mi futuro marido al pedirme matrimonio durante esta canción, durante la tercera estrofa, el amor de mi vida, se colocó delante de mí, se puso de rodillas y me puso un anillo en el dedo,  me pidió que me casara con él con Paul Mccarney de testigo. En décimas de segundo pasaron por mi mente muchos de los momentos más felices de mi vida, aquel día en la universidad cuando nos conocimos, cuando empezamos a salir, nuestro primer beso, nuestros aniversarios, los viajes que hemos hecho, nuestras anécdotas,  aquella vez que contrató a los Tecnicolours y me subió al escenario para entregarme una carta de amor, hace poco nuestro décimo aniversario en un marco inigualable enfrente de la catedral de Sevilla, en fin todo lo que ha hecho que al instante, le dijera un gran sí, a compartir aún más si cabe una vida junto a él a tener nuestra propia familia y a espero hacerlo tan feliz como él me hace a mí. Y poco no podía ser de otro modo Paul tu siempre estás por en medio. Que forma tienes de cambiarnos la vida. Nunca y digo nunca hubiera elegido otro momento como ese, para el arranque de otra etapa de nuestra vida juntos.

 

Después de eso que queréis que os cuente más, tocó, Helter Skelter, como si tuviera 20 años, una canción imposible de cantar pero que como siempre defendió con maestría y firmeza, desgarrando su voz hasta el límite.

 Ahora sí llegó el final y lo hizo con el medley más famoso de la historia del rock Golden Slumbers, Carry That Weight y el colofón final The End una de las canciones que encierra un mensaje precioso “el amor que tu recibes es igual al amor que tu das” con ese temazo terminó nuestro concierto.

 

Espero que con estas palabras hayais entendido todas las emociones que viví en este concierto, solo me queda decir  que verte en directo ha superado totamente mis expectativas, jamás pensaría que iba a ser así, ERES UN GRANDE, GRANDE, EL MAYOR ARTISTA QUE HAY, HUBO Y HABRÁ EN LA HISTORIA DE LA MÚSICA MODERNA.

 

GRACIAS POR HACERNOS TAN FELICES…

SETLIST DEL CONCIERTO:

Esta es la foto oficial que nos hicimos:

La cual pudimos mejorar años después cuando vimos a McCartney en primera fila en otro viaje.

¡PERO ESA YA ES OTRA HISTORIA…!